Diario de Atris, El Errante. Prólogo - Entrada II: Una vida resuelta vs una vida propia.

Pasé algo más de un año viviendo en la nueva residencia, aprendiendo y ayudando en el negocio de aquella buena gente, a cambio de techo, comida y cama. Era aquel un lugar, tan bello como ajeno; con la paz necesaria para pensar si quedarme en aquellas latitudes para siempre. Vivía en una casa grande, con todas las comodidades imaginables, no tenía que preocuparme de nada, podría decir que tenía la vida resuelta. Pero aquella bendita familia que me había acogido como a un hijo se desenvolvía en un modo de vida comunal que no dejaba lugar a la intimidad, elemento esencial, como ya he mencionado, para la cordura de un bosmer, un sueño inalcanzable que cada día se hacía más necesario…

Fue en aquel momento, hace ya una estación, cuando, por azares de la vida o por buscar una vía de escape, entablé camaradería con un miembro de la Sociedad Geográfica de Nirn y, aquel contacto, volvió a cambiar por completo mi existencia.

La Sociedad Geográfica de Nirn es una hermandad regentada por grandes eruditos, que se encarga de recopilar información acerca de todas las tierras de Tamriel e incluso más allá, creando las guías más detalladas de cualquier punto del orbe. En ellas, se recogen mapas con toda indicación topográfica y política imaginable incluyendo además, en diferentes anexos, otras indicaciones importantes, tales como: ruinas antiguas, monumentos, rutas comerciales, flora, fauna, magia, criaturas, ritos y costumbres... Muchos son los interesados en adquirir estas guías. Comerciantes, mercenarios, viajeros, gremios, hermandades o bibliotecas pagan cuantiosas sumas por uno de estos ejemplares; y cuanto más puedan pagar, más información contendrá la guía.

Me ofrecieron entrar como iniciado dentro de la hermandad si realizaba una misión como «primera línea» tras una semana donde se me adoctrinaría acerca de la historia general de la hermandad y los procedimientos a seguir en las diferentes tareas que debería de realizar. ¿En qué consiste el trabajo como «primera línea»? Pues, según el manual, una vez se ha llegado al lugar a estudiar, se ha de comprobar, de manera general, la exactitud de los mapas previos que se tengan de la zona, situar las nuevas sendas y poblaciones, destacar las rutas actuales más seguras, entrevistarse y tratar de sellar acuerdos de cooperación con aquellas personas susceptibles de poder ofrecer protección, comida, pieles, armas, armaduras, ingredientes arcanos y, en alguna ocasión, acercarse a algún punto que los lugareños consideren de interés, tan solo para marcarlo en el mapa con alguna breve indicación… Con toda esa información, se ha de redactar y presentar un primer informe de la zona y de las gentes con las que se haya podido llegar a un primer acuerdo de cooperación, dejando el camino allanado para que los verdaderos especialistas hagan el trabajo exhaustivo de campo, por el que luego, las guías de viaje de la Sociedad Geográfica de Nyrn son tan conocidas y deseadas. 

Como podéis comprender, «primera línea» no es más que un eufemismo para designar a la persona que, aunque útil, es la primera de la que se puede prescindir.

¿Qué hizo entonces que acabará formando parte de la Sociedad Geográfica? Dos razones: la primera fue una suma suficiente con la que, tras la aventura, poder regresar a las islas y arrendar una casa, humilde pero propia.  La segunda razón fue que me ofrecieron una llave, la llave de una residencia que sería mi base de operaciones y mi hogar durante el transcurso de mi expedición por las lejanas tierras donde me enviarían muy pronto. Una casa y una única llave cuyo poseedor sería yo.

Fue una de aquellas ofertas que no se pueden rechazar. Hasta ese punto necesitaba intimidad, hasta ese punto la deseaba.

Pero ya sabéis que se ha de tener cuidado con lo que se desea…